martes, 13 de noviembre de 2012

Capítulo 1

Hola soy La Chula, que no es que en mi DNI ponga “La Chula García”, pero para ser alguien importante en la vida he visto que es imprescindible tener un nombre artístico. Que mis padres me llamaron Pepa Flores: ¡Ala! Pues yo me llamo Marisol, que los míos me llamaron Stefani Joanne Angelina Germanotta ¡que mis fans me llamen Lady Gaga! Pues a mí los míos, que me llamen La Chula.
Yo no veo la tele, ni falta que me hace… Todo lo que tengo que saber lo sé por el Twitter, el Facebook (que todo sea dicho, no lo pronuncio igual de bien que lo escribo) y calla, calla… ¡el edificio de enfrente!

Es mejor que cualquier telenovela de esas que se ve la Vasca (luego os la presento). Me he creado un kit de la felicidad: el CD de mi Pantoja, mi Blackberry, los prismáticos de mi marido, una bolsa de patatas fritas y la Chabelita sentada entre las piernas, no necesito más. Espiar a esa gente entre cortinas, desde mi sillón de orejas, eso a mí me da la vida.
Y es que ese edificio tiene algo especial. Ese desquicie, esa manera de hablarse y de no hablarse los unos a los otro, ese trajín, es como estar mirando el programa del corazón que toda ama de casa querría que emitieran.

En mi primer post no os quiero contar mucho pero sí os quiero hablar de “la Vasca” que es la portera de enfrente, la que viene siendo mi brazo derecho, más bien dicho mi ojo/oído derecho. Somos como Sherlock Holmes y Watson, como Batman y Robin, como la Pantoja y Julián Muñoz (bueno, no, ahora ya no), vamos: uña y carne luchando para conseguir la exclusiva.
Tendrá unos cincuenta y tantos; vive en la portería, está separada y tiene un hijo que, pobrecito, es gay. 
Los horarios laborales oficiales de la Vasca son de 8,00 a 13,00 con una hora para comer y luego de 14,00 a 20,00. El resto del tiempo lo pasa en mi casa o dándole al alpiste. Sí, mi Watson tiene un problema con la bebida, pero la queremos igual. Además esto no le impide hacer bien su trabajo: la portería no sé cómo la tendrá, pero a mí el informe de cotilleos del día me lo tiene sobre la mesa a en punto.
No importa si va borracha o no, ella se entera de todo, a veces no sé si la información es del todo exacta, pero para eso ya tengo yo mis medios de confirmación. Me recuerda un poco a “La Leyenda del luchador borracho”, esa peli tan mala de Jackie Chan.

A veces me da pena, los vecinos suelen meterse con ella y por muy basta que sea no sabe defenderse y se pasa el día llorándome en el hombro. Soy su pañuelo de lágrimas. La semana pasada me vino diciendo que un vecino le gritó “En este edificio sólo hay cotillas, putas y maricones”. Tendré que ahondar más en el caso para enterarme de que vecino era el que había hecho llorar a mi bienhechora. Seguro que es el borracho del 4º.



4 comentarios:

  1. La Chula, tiene muy buena pinta este blog! Quiero saber qué pasa en ese edificio! XD

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  2. Hola!! Me has dejado con ganas de leer más, me ha gustado mucho tu primer post, te sigo!! Gracias

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  3. Holaa!! Haver si publicais más que estoy deseando seguir leiendo que esto esta muy interesante!!

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  4. mmm... pareciera interesante. saludos.

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